En un ataque de coquetería extraño para su carácter, Milton me pidió que subiera un autorretrato de ella.
El fondo de la cuestión es que ella ahora usa mi PC la mayor parte del tiempo y estuvo viendo el dibujo que hice de ella. Dice que no le hace justicia y que, si bien la imagen de uno es muchas veces la imagen que tienen de uno los demás, también la imagen más importante de uno es la imagen que uno tiene de uno mismo, bovarismo aparte.
Yendo al dibujo, tengan en cuenta dos cosas: es muy difícil manejar el mouse con destreza cuando se tiene una manito de cuatro centímetros que termina en garras para trepar a los árboles y que, pictóricamente, Milton está en su Etapa Azul.

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