lunes, 19 de septiembre de 2005


Milton descubrió el Winning Eleven 9.
Estuve ocultándoselo para poder correr con alguna ventaja cuando ella me desafiara. Sé que no es nada noble de mi parte, pero...
Milton (Finlandia) 3 - Fer (Noruega) 1
*como me gusta hablar de mí en tercera persona... como el Diego...*
Milton (Grecia) 3 - Fer (Croacia) 1
Milton (Paraguay) 4 - Fer (Argentina) 2
Milton (Méjico) 4 - Fer (Croacia) 2
Milton (Panathinaikos) 2 - Fer (Arsenal) 2
Milton (Marruecos) 2 - Fer (Brasil) 0

Milton descubrió el Winning Eleven 9.



miércoles, 7 de septiembre de 2005

Milton VIII


En un ataque de coquetería extraño para su carácter, Milton me pidió que subiera un autorretrato de ella.
El fondo de la cuestión es que ella ahora usa mi PC la mayor parte del tiempo y estuvo viendo el dibujo que hice de ella. Dice que no le hace justicia y que, si bien la imagen de uno es muchas veces la imagen que tienen de uno los demás, también la imagen más importante de uno es la imagen que uno tiene de uno mismo, bovarismo aparte.
Yendo al dibujo, tengan en cuenta dos cosas: es muy difícil manejar el mouse con destreza cuando se tiene una manito de cuatro centímetros que termina en garras para trepar a los árboles y que, pictóricamente, Milton está en su Etapa Azul.










sábado, 3 de septiembre de 2005

Milton VII


Cierto es que podría comentar algo sobre la mínima eternidad que separa esta entrada en el diario de Milton de la útlima, allá por Junio. Pero cierto es también que el racconto de desventuras interesa sólo a periodistas y a viejas metiches.
Para resumir y evitar un mal cuento de Dickens, baste decir que estos meses no fueron pan, manteca y mermelada.
Vuelvo a hacerme cargo de este lugarcito y a llevar una muy exigua reseña de las idas y venidas de Milton.
Durante estos tres meses ella ha hecho más de lo que el puerco espín promedio sueña en las más audaces de sus fantasías.
No creo que valga la pena narrar en detalle este período, salvo ir reseñándolo a medida que vaya siendo menester.
Hoy por hoy y precisamente en este momento Milton está mateando en el patio con Kisa (mi gata) y trata de entender a semejante animal. No por complejo, sino porque tiene hábitos que ella considera extravagantes y perniciosos: lamerse el cuepo, cagar en una caja con piedras, maullar, etc.
Mi relación con ella se afianzó lo suficiente como para establecer lentos y cálidos diálogos sobre la naturaleza humana, filosófico tras filosófico cigarrillo de por medio, dada mi asocial permanencia en casa este último tiempo.
Para ser rotundamente franco, por ser un puerco espín, ella comprende mucho de personas.