“I’ll read my books and I’ll drink coffee and I’ll listen to music, and I’ll bolt the door.”
- J.D. Salinger
Y cuándo la película se acaba, ¿qué hago?
Estoy cansada de todo esto.
Estoy podrida de llegar un viernes o un sábado a casa luego de esperar que nunca llegara ese momento y de saltear cebolla y cocer arroz y de poner un puño de carne en el horno.
Estoy podrida del libro de Cortázar o de Kerouac (del símbolo de eso, de los putos símbolos de los libros) esperándome como un animal dormido en la mesa, junto al bolsito del maquillaje y de leer en nocturno silencio páginas que ya leí decenas de veces hasta que suena la alarma del celular. Y de servirme un plato que brilla como una estrella en el vacío de la mesa de la cocina.
Estoy harta de poner Beastie Boys o Coltrane cuando llego los días de la semana y darle de comer al gato y pensar en esos símbolos (en esos putos símbolos) y justificarme por ellos. Pensar en que está todo bien y en que soy única. Cansada de eso. Enferma de eso.
Estoy podrida de las horas que van desde las nueve hasta las doce y aún más de las que van desde las doce hasta las tres y luego... el miedo y el frío.
Estoy podrida de ser ideal. De ser linda, de no fallar. De la gente a la que le gusta eso y de la gente a la que le caigo bien. De los que me llaman y de los que se repiten en creer que soy todos esos rasgos.
Cuando yo quiero una cosa y esa cosa no está voy a los libros por eso y para sentirme menos miserable pongo música en el equipo y paseo por el frío de la casa como la emperatriz de todo lo bueno y correcto cuando en realidad estoy horrible y quiero salir de ahí.
Estoy harta. Cansada. Podrida por dentro.
Y siempre estoy al pie del cañón de la soledad que me propone el amor, que es una pasión marcial. Incesante. Autónoma.
No quiero más findes. No quiero más noches.
Estoy harta de eso. No puedo con eso. Soy fuerte, soy lo mejor que puedo ser, me hice a todo esto, pero no puedo.
Lo que tiene de bueno es que me da más material para ser esa cosa (horrible sólo para mí) que creen que soy y que termino aceptando.
Para mí todo este tiempo es una historia llena de cosas todas rosas y todas naranjas que explotan y manchan todo y sólo vos viste esas manchas y por eso me escribiste este correo.
Por eso esta respuesta, porque un solo mail me hizo reventar en rosa y naranja, porque un solo estímulo puede reventar toda esta fachada.
Te odio.
Gracias.
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- Ay, Fernando. Nunca te conté: cuando nació Fermín y estaba en la clínica, una noche soñé que tenía que ayudarte en una misión y que pasaba a buscarte por tu casa y me abría la puerta tu roomie, que era un pibe con una especie de reloj gigante autoimplantado de forma casera en el pecho. Después leí un post tuyo sobre que el tiempo los va a matar a todos -a mí no- y me perturbó un poco todo así que seguí durmiendo. Reloj gigante en el pecho. Pensalo. Yo que vos echo al roomie y me mudo solo.
- Es mi despertador. Tengo muchos así. No querrías ver a la licuadora.
- Ni al inodoro. ¿Viste esto? http://fc09.deviantart.net/fs70/i/2014/193/1/b/skull_kid_multi_views_by_aphid777-d650zy1.jpg
- No me hagas más esto. Mi corazón está muy muy muy roto.
- Au. Lo siento. Es que ahora que soy madre estoy aprendiendo a tejer y miro estas cosas todo el tiempo.
- Está buenísimo. ¿Te dije que cuando me mude quiero que nos tomemos una Cindor y planear cómo me vas a intervenir la casa, no?
- Me habías dicho algo así pero sin la Cindor. Y la Cindor lo hace mucho mejor.
- Bueno. Falta, pero pienso en eso. ¿Qué tan distinto es a lo que pensabas?
- ¿Tener un hijo?
- No tenerlo. Agarrarlo, usarlo, cambiarlo, saberlo, sentirlo. La diferencia entre tener una SNES y usar una SNES me cambió la vida.
- Jajaja. Estaba pensando en una analogía con la SNES y la N64, lo juro, pero no es lo suficientemente acertada. En realidad es inefable. Es medio como morirte y renacer en un mundo paralelo
- Que es mejor que paralelear y renacer en un mundo muerto. Esa es re de Nolan.
- En donde todo tiene sentido y se siente mucho mejor y te parece que lo de antes era la boludez más grande de la historia, como cuando encontrás ese diario íntimo de los quince años que por un lado te da ternura y por otro vergüenza ajena. Y ahí te arruiné todo lo Nolan.
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- Ambos éramos extraños. Entre nosotros y entre el resto. Eso solía ser una constante para mí. Pero él era más extraño que yo. Cosa que es inusual.
- Huelo a bombacha quemada.
- Romántico.
- Vos sos la que gusta de ponerse retorcida y decide usar la palabra "inusual" cuando querés contarme que te calienta uno.
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- ¡Basta de imágenes de pizza, por favor!
- No sé cómo. Necesito más fugazzeta rellena. Vos y Víctor me cagaron la vida.
- ¿Probaste con meditación?
- Si meditara, mi nirvana sería pizza. No va a servir.
- No podemos vivir así.
- Fuck the police. Estoy cenando galletitas con paté. Mi vida se fue al tacho.
- Esa fue mi vida también. Yo lo comía con el dedo y una botella de vodka barato.
- Yo con Coca.
- Deberías probar con vodka.
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- ¿Sabés dónde notás que los chabones son peores que las minitas?
- ¿En los tatuajes?
- Sos psíquico, chabón.
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- Siempre digo que la noche que viene no voy a tomar.
- Es complicado.
- Un helicóptero es complicado.
- No sé lo suficiente sobre helicópteros como para apoyar tu afirmación.
- Pero entendés sin entender que deben ser complicados. No es como una puerta, que se abre y se cierra. Esto vuela. Aspas. Manijas.
Complicado. Beber es sencillo.
- Pero no estamos hablando de beber. Estamos hablando de no hacerlo. Y eso no es tan sencillo.
- Soy borracho hace menos de un año. No sabría decirte. Antes tomaba un par de tragos. Era cuando salía. Ahora no salgo y tomo.
- Insisto, complicado. Te diría que trates de tomar menos, pero me suena muy tonto, además de que ya debés haber tratado eso entre otras cosas.
- Hoy trato de comerme las uñas de los dedos de los pies. Cuando era niño lo hacía todo el tiempo. Ahora no llego a todos los dedos.
- Yo todavía llego. Pero sólo me copa morderme la del dedo gordo.
- Carnosa. Nunca me animo a ir a la cama. Supongo que por eso no duermo. Me gustaría tener un trabajo normal y saber que tengo que despertar temprano y tomarme el bondi.
- Uno tiende a pensar que le gustaría lo que no tiene.
- Pero me gusta lo que tengo. Me gustan mi nariz y mis manos. Y la forma en la que el cigarrillo me ayuda en la cara.
- Tu nariz es linda.
- Lindo es un lémur bebé.
- Un lémur bebé con una nariz como la tuya podría dominar el mundo.
- El mundo no merece ser dominado.
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- ¿Sabés qué me resulta tierno? Los pibes que no se visten del todo bien para una cita. Que no entienden que su chica se re produjo y está divina y ellos son la versión 0.4b del chabón que debería salir con esa piba. Y ellos están ahí, con sus remeras marrones horribles y su buena voluntad pidiendo un gin tonic y sus chicas podrían iluminar el hangar del Space Shuttle con una sonrisa y sin embargo tienen ojos sólo para su buena voluntad y su remera marrón horrible. Eso me da ternura y me hace pensar que no entiendo nada de nada sobre cómo funciona el mundo.
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Don’t offer me hope— I can’t bear it.